¡Bienvenidos a Naturaleza Viva!!

Somos Stella y Antonella, alumnas del profesorado de Biología del CONSUDEC y queremos compartirles este sitio a los adolescentes para que se acerquen, reflexionen y se comprometan con el cuidado del medioambiente y así conservar a la Naturaleza Viva.

Reserva de Agua Dulce en riesgo

          El agua es un recurso natural que no tiene sustitutos y es la base fundamental para el desarrollo de la vida en la Tierra. Los glaciares y los casquetes polares son las principales reservas de agua dulce en el planeta. Por lo tanto, el calentamiento global pone en riesgo esas reservas de agua.

La superficie de agua sobre el planeta supera abundantemente a la continental y más del 70% corresponde a mares y océanos, pero esta abundancia es relativa. El 97,5% del total existente en el planeta es agua salada, mientras que solo el 2,5% restante es agua dulce.

Del porcentaje total de agua dulce casi el 79% se encuentra en forma de hielo permanente en los hielos polares y glaciares. Del agua dulce en estado líquido, el 20% se encuentra en acuíferos de difícil acceso por el nivel de profundidad en el que se hallan (algunos casos superan los 2.000 metros bajo el nivel del mar). Sólo el 1% restante es agua dulce superficial de fácil acceso. Esto representa el 0,025% del agua del planeta.
Los glaciares son reservas de agua que abastecen a ecosistemas, a la población y a diversas actividades productivas, como aprovechamientos hidroeléctricos. La situación de degradación y retroceso de la que son objeto las masas de hielo del planeta debido a los efectos del cambio climático y a las intervenciones directas e indirectas de los proyectos productivos, como es el caso de la minería, desarrollados en sus zonas de influencia, han suscitado la preocupación científica y ciudadana por el futuro de los glaciares.

El impacto del calentamiento global se debe a la disminución de la nieve, de las precipitaciones y del aumento de la temperatura, lo que reduce la acumulación de hielo y aumenta el derretimiento de los glaciares.

La minería afecta a los glaciares en su etapa de exploración y explotación, con la construcción de caminos, la perforación y uso de explosivos, el levantamiento de polvo que se deposita sobre los glaciares acelerando su derretimiento, la remoción de glaciares y la cobertura de glaciares por materiales de descarte.

Los glaciares persisten en el tiempo al existir un balance entre el agua que se acumula en la parte superior del glaciar (generalmente en forma de nieve) y el agua que se derrite por ablación (pérdida de masa de un glaciar por fusión, sublimación o rotura de icebergs)  en la parte baja del glaciar. Dependiendo de las variaciones anuales en la precipitación nívea y la temperatura, los glaciares aumentan su masa en años con grandes nevadas invernales y temperaturas relativamente frescas en verano, mientras que sus volúmenes se reducen en años secos y muy cálidos. Este balance les otorga un papel fundamental en la regulación del recurso hídrico. En años particularmente húmedos el agua se acumula en estos cuerpos de hielo para ser entregada en los años con un fuerte déficit hídrico, cuando el agua se torna más escasa.

Para América Latina, el IPCC prevé que los cambios en las pautas de las precipitaciones y la desaparición de los glaciares afectarán significativamente a la disponibilidad de agua para consumo humano, la agricultura y la generación de electricidad.

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